Semana marcada por la vista rápida para determinar qué hacíamos con la sobrecubierta de “Y pese a todo”.
Tras no poder llegar a un acuerdo telefónico tuve que ir a Barcelona el jueves, ayer, levantándome a las 5’30.
Todo deprisa y corriendo para finalmente llegar allí a un acuerdo. Qué manera de perder el tiempo, o no.
He venido determinado a ir a juicio tras agosto ya que, sinceramente, creo que nos han engañado con la oferta que la otra editorial hizo sobre el libro.
Pero lo más importante, mucho, ha sido el poder dar –tras 10 años pensando en ello en las motivaciones del personaje central de una saga que comencé hace mucho tiempo, antes de que incluso nacieran mis hijos. La idea es muy brillante, surgida imagino de un día cansado, ya que entre otras cosas sucedió llegando al FNAC Arenas de Plaza España después de ir caminando desde los Juzgados, cerca de L’Hospitalet.
La idea es tan genial que estoy hasta emocionado.
Por lo demás, he conocido gente muy interesante. El juez (D. Alberto Mata Saiz) resultó ser un tipo cercano y brillante, el abogado de la otra parte un tipo de 80 años que lleva trabajando de letrado desde hace 60 (Oriol Anguera), mi abogada con la que contacté hace solo dos días (Mariona Sarda), una persona que sabe lo que hace y transmite seguridad…
Hay que ser positivos, sobre todo en semanas como estas en las que el cielo parece nublado y te asedia el mal de amores.
Nota histórica: A día de hoy sigo emocionado con el tema del libro que, por cierto, no es otro que la saga de ‘El Libro de Sarah’. El tema del juicio acabó, o no, porque estamos camino de la apelación. Más, dentro de dos años.