EROS 111 ya a la venta
20 julio, 2010 | 0 Comentarios

Este mes aparecen historias dedicadas a Lara Jones, vemos las aventuras subidas de tono de una profesora de latín, seguimos con Leyendas Urbanas, etc.

El número se completa con la sección de Famosas y Deseadas dedicado este mes a ese monstruo de la naturaleza humana (ahora que la editora Raquel no nos escucha) que es Megan Fox.

Como es habitual, os dejamos con el texto del editorial de ese número de nuestra editora estrella Raquel Rubio:

Hablábamos el mes pasado del sexo en nuestra sociedad, y hubo un par de cosas que se quedaron en el tintero por culpa de nuestro mal endémico que es la falta de espacio. El tema hace 30 días estaba relacionado con la todavía manifiesta consideración del sexo como tabú en nuestra sociedad, y en cómo se seguía escondiendo todo lo relacionado con este tema detrás de la puerta, como quien esconde la basura con la escoba debajo de la alfombra.

Y es curioso, pero sigue siendo así. Hay consideraciones que no logramos quitarnos de encima, que siguen lastrando el darle la naturalidad que tiene el sexo, como el que el que a una mujer le guste disfrutar “demasiado” de su sexualidad la convierta en una “puta”, o que la mala consideración que tiene el término “ninfómana” (ampliado desde la considerada enfermedad en sí para aplicarse, ya de paso, a toda aquella mujer a las que le guste practicar el sexo con regularidad).

El programa citado el mes pasado de ‘21 días en la industria del porno’ me volvía a recordar el que para los padres en general el que un hijo se dedicara al porno era una desgracia, pero el que lo hiciera una hija era una catástrofe, una hecatombe absoluta. Los padres (en el caso de Torbe, que lo comentaba en el propio programa) pueden acabar perdonando al hijo toda vez que lo vean ganar mucho dinero o disfrutar con su actividad, mientras la hija acababa demonizada y apartada, por lo general, para el resto de sus días.

Es curiosa esta sociedad que estamos construyendo en la que se repudia el sexo, cuando sin duda es uno de los motores de la misma, pero claro, qué se puede esperar cuando esta sociedad lo sigue considerando como un “pecado capital” (ahí está la “lujuria”, del latín “luxus», que significa “abundancia” derivado a “lujuria” o exceso desordenado de sexo). Y digo yo, una vez inventados los métodos anticonceptivos, ¿porqué ha de ser malo el exceso de sexo? (toda vez que también sabemos que los chicos no se quedan ciegos por masturbarse). Este es uno de esos casos en que algo es peor por defecto que por exceso, ¿quién no prefiere sexo una vez al día que una vez al mes?

A esta sociedad le queda todavía mucho por aprender y por caminar, baste ver cómo se viene abajo en situaciones críticas como el desastre reciente de Chile, en el que el ser humano regresó a sus orígenes más salvajes para tomar la calle y desvalijar en masa la propiedad ajena.

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