No era consciente de ello hasta que tras analizarlo de camino al trabajo (lo bueno que tiene el ir caminando ahora y vivir a escasos diez minutos de la oficina), y analizándolo he visto que algunos enfados con mis hijos, lejos de estar provocados por su comportamiento, lo era por la situación actual (he de reconocer que son ‘movidillos’).

Siempre me creí inmune a ello, pero ya veo que no, y ha sido duro darse cuenta del hecho.

Imagino que es bueno haberlo detectado, pero no es una circunstancia agradable. Desde luego tengo que abstraerme más del trabajo o dejar que no me afecten las circunstancias personales con autores y demás cosas laborales.

Veremos si lo logro, porque no puedo evitar que siempre se filtre un componente emocional en todo ello.