Del 3 al 7 junio de 2020.
¡Aprovechad!
SINOPSIS
La vida de Sarah no ha sido la misma desde que descubrió la existencia de otros planos.
Tras ser reclutada por los miembros del Consejo por su habilidad para viajar entre realidades y fracasar en su primera misión, es expulsada de la Fortaleza y devuelta a su mundo.
Es entonces, exiliada en la Tierra, cuando Sarah descubrirá lo tediosa que puede resultar una vida rutinaria, una vida “normal”. Por ello decidirá infiltrarse de nuevo en la Fortaleza y seguir investigando por su cuenta quién es el enemigo que está destruyendo el Multiverso.
Se inicia así una aventura que compartirá con personajes de todo tipo: legendarios, mágicos, algunos tal vez inventados e incluso deidades en pie de guerra y criaturas abominables; y que le llevará a descubrir cuáles son sus sentimientos reales hacia Markius y a enfrentarse tanto a su destino como a las fuerzas que lo forjaron.
LA FORTALEZA DEL TIEMPO: en digital AQUÍ.
EL CAPÍTULO PERDIDO: en digital AQUÍ
PRINCIPIO Y FIN: en digital AQUÍ
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ALEGATO A FAVOR DE LA FANTASÍA
Somos lo que leemos. Pero ¿Hay una edad en la que hay que dejar de leer fantasía? Evidentemente no.
Algunos literatos considerarán lo contrario, pero a nosotros no nos parece Ursula Le Guin, Tolkien, Joe Abercrombie o Vicente García sean menos brillantes que otros autores de la literatura.
La fantasía abre la mente, y dispara la creatividad e imaginación. En muchas ocasiones, los temas que aparecen en los libros de fantasía como la muerte, el maltrato, las diferentes razas, la adolescencia, la sexualidad, a menudo se pueden extrapolar a nuestro yo más profundo. Ocurre lo mismo con casi todos los planteamientos morales, éticos e incluso filosóficos que aparecen en los libros de fantasía, se pueden extrapolar a esas cuestiones y planteamientos morales de la vida real. La fantasía puede tener multitud de capas y cada lector descubrirá, interpretará y conectará con cada una de ellas según la edad que tenga.
La fantasía también nos hace cuestionarnos a nosotros mismos, a nuestro mundo y a nuestra forma de relacionarnos con él. Además, potencia nuestra parte empática al entender las motivaciones y emociones del protagonista/s. Somos capaces de «ponernos» en su piel y entenderlo. Lo sentimos y lo convertimos en una parte de nosotros. Y a partir de aquí, nos hemos transformado, aunque sea un poco. Nos ha mejorado. Y eso, sí que es magia.
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