Hace dos años, domingo 3 abril 2022

Esta semana me tocaría hablar de las consecuencias derivadas del viaje a Marruecos y el revuelo que ha generado. Pero no lo haré, no quiero remover las cosas dos años después. De hecho, he optado por no comentar nada en redes sociales y comentar todo lo que tenga que decir en el próximo editorial de la revista Dolmen.

Es una pena que la cosa tomara esa deriva, porque el ambiente que hubo fue muy positivo y creo que salieron muchas cosas de ahí beneficiosas para todas las partes. Charlas con libreros de todos los puntos del país, vínculos estrechados, cerrando cuatro cosas con gente a la que no veía desde hacía años, o décadas, o nunca (como a José Ramón Zalacain de Armagedón, con el que llevaba casi 30 años de relación telefónica, uno de los primeros anunciantes de Dolmen)… Pero todo es importa poco.

Y es que, además, pude conversar con otros editores como Carles Miralles de Yermo, o con la gran Ana María Meca, a la que adoro en lo personal y profesional. Sí, fue divertido ver a tus distribuidores cantando y demostrando de paso unas habilidades artísticas que desconocía hasta ahora (especialmente Jordi Samaranch), pero también lo fue analizar el mercado, comentar la situación de la industria, etc. Regresas con mayor perspectiva de todo y con ganas de cambiar cosas.

Por lo demás, ya tenemos acabado el Baños Pleamar de Isaac Sánchez, que entrará en imprenta en breve. Ha quedado genial y me ha emocionado incluso más de lo que pensaba. No volveré a relatar lo bueno que es Isaac ni el brillante futuro que le auguro. Esta obra va a funcionar muy bien y le dará otra perspectiva a la figura de Isaac.