De modo que aunque seguía sin compartir lo que hizo, al menos parecía algo razonable. Claro que al final la cosa se ha torcido hoy. Circunstancia de la vida, pero hemos hablado con Planeta (Minotauro) por unas cosas y resulta que, surgido el tema, parece ser que la novela la ofrecieron a ellos y que en ningún momento hicieron extorsión alguna.

Bueno, da igual, es lo que hay y punto. Libre es cada uno de hacer lo que quiera y cada uno tiene sus razones, justifica sus acciones y la vida sigue. La verdad es que imagino que tampoco hay para tanto y que una vez más pequé de ingenuo.

Gracias a los amigos he logrado sobreponerme y al final de la tarde, sentado en el escalón de la oficina que da a la calle, he tenido uno de esos raros momentos de felicidad que te ofrece el trabajo. Minutos antes hice mis cálculos del mes y vi que nos sobrarían, después de pagar a todo el mundo, 4000 euros en caja. Parece que estamos haciendo las cosas bien, a pesar de de los pesares.

Ha estado bien, saber que lo que haces finalmente da sus frutos, y ha venido en el mejor de los momentos. Sea como sea, como barrunto que esto de la crisis no se acabará en unos años, al menos tendremos un breve respiro.

Carlos se va, pero la suerte nos acompaña.