Todo iba bien, desayuno a las 7’00 en la tradicional cafetería Mavi, organización de las cosas del día a las 7’20, contesto cuatro mails… y de repente el mundo comienza a girar. Literalmente.

Tras media hora trabajando con mareos decido acostarme en uno de los sofás de la oficina y ha sido peor el remedio que la enfermedad, todo a comenzado a girar a una velocidad vertiginosa, lo cual me ha provocado nauseas y vómitos como nunca en toda mi vida. Tras un buen rato he logrado acomodarme en el sofá en una postura que no me daba mareos y me he quedado ahí tirado hasta las 12’00. He contestado algunas llamadas de teléfono medio muerto, el trabajo lo primero, y tras vomitar de nuevo a las 12’30 hasta la bilis, he logrado ponerme mejor, lo que he aprovechado para regresar a casa y descansar hasta las 17’00, hora en la que he partido hacia urgencias.

¿El diagnóstico? El mismo que me dio de camino a casa el buen amigo Koldo: vértigo. Algún desequilibrio en el oído interno que ha provocado este caos en mi cabeza. Por intravenosa me han inyectado un suero con medicina y me han dicho que con lo que me recetaban debía de mejorar la cosa. El mareo persiste pero mucho más leve.

¿El motivo? Demasiado trabajo, estrés, nervios… Lógico, claro, aunque uno nunca se espera este tipo de cosas. Espero que no se repita ya que ha sido de las experiencias más desagradables de mi vida. Por suerte o por desgracia, entre una cosa y otra, hoy no había nadie en la oficina.