Hace dos años, viernes 8 enero 2021
Esta semana he estado menos tiempo por la oficina y hoy viernes, cuando he regresado, había bastantes cosas pendientes. Aun así, menos de la que debería ya que se las han sabido arreglar bien sin mí.
Lo principal esta semana ha sido recuperar la vieja tradición de los objetivos anuales, que siempre está bien para tener un rumbo que gobierne un poco el caos que representa el día a día. Ha salido una lista bien larga. Veremos si los cumplimos.
Estamos mucho más organizados que hace unos meses. El ser más gente trabajando es lo que tiene, que al principio resulta algo confuso porque te pisas el trabajo, pero ahora va todo más rodado y tenemos un buen ambiente; y eso teniendo en cuenta que en Baleares están a punto de confinarnos de nuevo, si es que no lo estamos ya, porque en la práctica nos dejan salir básicamente para ir a trabajar (me temo que por mucho menos se han montado revoluciones en el pasado).
Pese a todo, vamos cumpliendo con el calendario y las previsiones económicas, lo que resulta de lo más gratificante.
A ver si podemos hacernos con los derechos de varias cosas que tenemos en el punto de mira y que podrían funcionar muy bien.
Anteriormente, en el blog del editor:
Aprovechando este tricentenario del blog del editor, aprovechamos estas entradas para recuperar a modo de cápsula del tiempo algunas entradas similares de años más remotos. La distancia y la nostalgia de tiempos lejanos, supuestamente mejores, hoy nos lleva a 2019, 2018 y 2017.
Ya hemos comenzado con los preparativos de nuestro aniversario. Cómo pasa el tiempo.
Una de las ideas es lanzar algunas de nuestras obras en una edición nueva y de lujo, de aquellas que se lo merezcan y hayan significado algo. De momento Kenny Ruiz ha dado el ok para lanzar el Cazador de Rayos en una edición integral y he sondeado los derechos algunas otras como Tellos.
También he seguido con la planificación del año y he procurado estar más con Dati con la idea de transmitirle todo lo que pueda y de ese modo poder delegarle asuntos de mayor responsabilidad, como la negociación de derechos o el tema de los contratos. La gran integración y compromiso del equipo es una de las cosas de las que más contento estoy en estos momentos; el viernes, sin ir más lejos, tuve que echar a Dati de la oficina porque veía que estaba mal y, a pesar de ello, quería acabar unas cosas (al final, resultó que estaba con 38 de fiebre).
Si seguimos así conseguiremos alcanzar objetivos cada vez más altos, aunque espero que no sea a costa de nuestra salud (risas).
Espectacular todo por la editorial, como no recuerdo nunca antes.
Este mes, definitivamente, habremos pagado a todo el mundo y no deberemos nada de nada de nada, y nos quedará dinero en el banco. Es una sensación rara, de satisfacción. Ya tocaba.
Me he permitido incluso ralentizar el ritmo de trabajo mío y disfrutar más de todo, lo cual hace que se me ocurran ideas sobre series para publicar, sobre cómo mejorar las cosas…
Si todo sigue así llegará el momento de pensar en comprar unas oficinas en lugar de seguir de alquiler
Qué gusto poder trabajar bajo estas circunstancias.
Sigo emocionado por cómo van las cosas.
Los ingresos siguen entrando, la perspectiva es increíblemente buena, los proyectos que tenemos por delante son increíbles.
Me cuesta creerlo, pero parece que la cosa va viento en popa.
Además, a nivel personal y creativo, mi tercera novela sobre El Libro de Sarah va también sobre ruedas, a un ritmo trepidante y, por si fuera poco, me encantan las ideas que van surgiendo y lo que voy escribiendo.
En la editorial, le he comentado a Darío que necesitaríamos un diseñador más con el que trabajar ya que nos estamos retrasando algo con los cómics debido a que no damos abasto. Estamos barajando varios nombres de cara a ver si conseguimos arreglarlo en breve.
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