Con las cosas desmoronándose ahí fuera, tiene mérito, creo, el seguir al frente de la nave, sin derrumbarse. Le he estado dando vueltas, y tras varios años pensando en que había algo que estaba haciendo mal, me he dado cuenta de que sea como sea, 20 años después, la empresa sigue adelante, y mejor que hace dos años. Y estamos en medio de la crisis.

Veremos lo que sucede, pero el caso es que aquí seguimos, y las perspectivas son buenas y la ilusión está intacta, de modo que se podría decir eso de ‘que nos quiten lo bailado’.

Seguiremos el tiempo que podamos, luchando con las mismas ganas que el primer día, contra viento y marea, haya tempestad o tormenta, porque otra cosa no tiene pinta de haber ahí fuera.