Total, que me ha preguntado que cómo iban las cosas y que si Dolmen, en vez de pagar lo que se le adeudaba a la otra imprenta, podría pagar directamente a un encuadernador a los que la imprenta dejó a deber dinero. Le he dicho que no, que ni había facturas con ese encuadernador ni me sonaba muy bien todo aquello (más bien todo lo contrario, sonaba a turbio, turbio, turbio), y que nosotros como Dolmen pagaríamos hasta el último céntimo de los adeudado a la otra imprenta (a pesar de las pifias que nos llegaron a hacer y por las que nunca tuvimos compensaciones al hacerse los tontos).

Tras mucho discutir, me ha venido a decir que lo entendía y que en el fondo él haría lo mismo, momento en el que me he acordado de que mi móvil podía grabar conversaciones con apretar tres botones y he puesto en marcha el cacharro. Total, que con lo grabado quedamos eximidos de pagar 5.000 euros de lo que quedaba pendiente ya que como gerente que era de aquella imprenta me ha reconocido todo lo que hicieron mal en la otra imprenta confesando lo que ya sabía, y es que por los retrasos, equivocaciones en el papel y demás, la imprenta había repercutido todo eso en encuadernadores y demás diciendo que nosotros se lo habíamos descontado a su vez a ellos. Vamos, que es lo que haremos nosotros ahora con la imprenta por todo lo que han ido haciendo mal (tebeos entregados bastante tarde, mal encuadernados, con el papel que no tocaba –casualidades de la vida, siempre de peor calidad).

Es una cosa sobre la que estuve pensando en su momento y que finalmente haremos ya que, además, nos liaron varias veces con el tema del IVA, duplicando facturas, aplicando mal el IVA, etc.